Recuerdo en abril de 2013 el primer día
que saqué la Cota 310 Proto del taller para arrancarla y darme la primera
vuelta. La emoción era máxima ya que había mucho trabajo detrás y muchos
quebraderos de cabeza, gozosos pero a la vez estresantes, y no exagero.
Sin quererlo, ahora al echar cuentas del
día que por primera vez saqué la Cota para probarla, me doy cuenta no solo de
cómo pasa el tiempo, ¡cuatro años y medio!, sino también de lo actuales que
siempre están las clásicas, por ellas no pasa el tiempo. Hoy día, en una moto
de trial moderna o un coche cualquiera, en cuatro años ya ha pasado el tiempo por
ellos, y antes de la crisis más. Y no es que estén anticuados, pero intentan
hacérnoslo creer por razones comerciales. Eso es otra ventaja de las clásicas.
El primer arranque lo hice dentro del
garaje de mi casa, donde se acentuaban los ruidos y los primeros petardeos de la
moto fueron atronadores, lo cual me aceleraron el pulso más si cabe. Recuerdo a
los lectores que mi Montesa Cota Proto lleva un motor integro de Cota 310,
incluido el escape pero exceptuando el silenciador final, pues este tiene forma
de banana y no es posible su instalación, pues interfiere con el amortiguador
derecho. Lo sustituí en un primer momento por el pequeño purito de la cota 242
y de la 330, encargando el doble codo en inoxidable a un taller para su
conexión con el resto del escape.
Tal era el ruido que inmediatamente lo
sustituí por una petaca también en forma de banana pero que no interfería con
el amortiguador derecho e, importante, la boca quedaba a la misma altura y con
la misma orientación que la del purito 242. Este silenciador, construido en
chapa de acero es de Cota 307 y es bastante más pesado que el purito y, por
supuesto, que el de la Cota 310 construido en aluminio. Por otra parte, aunque
si era más eficaz que el purito, el ruido continuaba siendo bastante más
elevado y estéticamente lo prefería.
Con silenciador de Cota 307 en el primer arranque de la 310 Proto |
Tal es así que cuando procedí a cambiar el
grupo termodinámico y a nikasilar cilindro, el incremento del ruido aumentó
notablemente y en un ataque de perdidos al río, decidí volver al silenciador de
Cota 242.
Por tanto, tenía como punto pendiente el
asunto del ruido de mi Proto, aunque su solución la he dilatado en al tiempo
bastante. Fue al oir la Cota 242 de Scorpo, preparada por Marino Galilea,
cuando me quedé maravillado de su ruido, afectado totalmente por el silenciador
Wes de salida que monta.
Los silenciadores Wes en un principio se
fabricaban en Reino Unido por un afamado montesista de los setenta, seguro que
con Cota 247, Dick Walker, señor al que tuve el honor de conocer este año en
Robregordo y tomarme unas cervecitas con él, junto con Jose Franqueira y
amigos.
El primero por la derecha es Dick Walker, le sigue Jose, Marino, yo e Ignacio Scorpo, en uno de los mayores placeres del trial: Las cervezas post Robregordo. |
Pero actualmente los fabrica el dueño de
la página web ARS Trial Parts, que es precisamente Jose
Franqueira. En su catálogo se puede apreciar como tiene silenciadores para
multitud de modelos de trialeras clásicas.
Wes para Cota 200 del catálogo ARS Trial Parts |
El hecho de que actualmente los fabrique
Jose, era para mí una garantía, pues sabe más que el Lepe y lo más importante,
es una grandísima persona. El y su hijo Luis, magnifico piloto de trial además.
Allí que me fui con mi moto entera, pues
al ser un prototipo tuvo que construir un escape ad hoc sobre todo en la parte
de conexión con el resto de escape de Cota 310.
El silenciador y el tubo curvado para
conectar con la petaca triangular
intermedia de la 310 se construye soldando piezas de aluminio. El tubo
se dobla con dobla tubos y en los tres ejes para conectar con precisión el
escape existente. El acabado es muy bonito por la perfección en la ejecución y por el tecnológico color del aluminio en
bruto, con detalles como el tubito de salida final orientado al exterior para
evitar manchar el guardabarros. Hay que mencionar también que la fibra interna
se puede cambiar por una nueva, abriendo la tapa trasera con cuatro tornillos
inoxidables, sustituibles por remaches.
Así queda en la Proto |
Solo una pega y para que no parezca esta
entrada pura publicidad; hubiera preferido una petaca más pequeña, aunque
penalizara la amortiguación del ruido.
¡Qué decir de su funcionalidad! Diría que
el calificativo más apropiado para el nuevo ruido que hace mi Proto es el de
elegante. Es música trialera de los 90, donde se medían los decibelios en cada
carrera; es una canción de Roxy Music tocada por el acelerador de Bryan Ferri y
la carburación de Phil Manzanera. Se me ha ido la olla de nuevo.
Dejo un vídeo donde espero que se oiga el
resultado, con el gran Jose como prota. ¡Buen trabajo! ¡Good job, Mr. Walker!